Como buenos salvadoreños nos preparamos para gozar de la la Semana Santa, una de las semanas más calurosas en el pulgarcito. Y una semana en la que los salvadoreños no solo disfrutamos de un merecido descanso, si no que también participamos de las tradiciones de estas fechas. Más allá de las tradiciones religiosas están otras que no pueden faltar en estos días:
El salvadoreño en Semana Santa: come torrejas, jocotes en miel, pescado seco y empiñadas que compra camino al puerto.
El salvadoreño en Semana Santa: se va para el mar, y se asolea tanto que después solo se le ven como le chelean los ojos, puros chimbolos.
El salvadoreño en Semana Santa: amanece picado por los zancudos y de goma, con ganas de una cervecita y un coctelito.
El salvadoreño en Semana Santa: ve las películas de la Pasión de Cristo que ya ha visto mil veces pero las ve desde una hamaca en donde se dispone a dormir una siesta y de la cual despertará con la cara ceñida.
El salvadoreño en Semana Santa: Regresará a la ciudad en una gran trabazón y no podrá ni reclinar la espalda en el asiento por que la tiene quemada, con mal humor y tristeza por que los días se le pasaron volando y ahora está más cansado que antes de la vacación...
